En mi último post La Magia de los Pequeños Cambios proponía una manera de establecer cambios pequeños que nos permiten convertir una acción poco habitual en un hábito, sin apenas esfuerzo.
Cuando afianzamos un hábito, el efecto que se produce no es igual a la suma de todos esos días de actuación continuada, sino la multiplicación de los mismos. Muchas veces no somos conscientes de lo que puede suponer introducir una acción, aunque sea tan sólo durante 30 minutos al día.
30 minutos al día durante 330 días al año suman un total de 9.900 minutos, lo que equivale a 165 horas. Si lo hacemos durante una hora, estaríamos hablando de 330 horas al año. Esto equivale a 9 semanas laborales en un horario laboral de 40 horas semanales, es decir, algo más de dos meses y más del 15% del calendario laboral.
Esto pone de manifiesto que una hora diaria puede suponer un cambio importante, pero aún es más sorprendente el efecto que se produce al mantener estos cambios durante un tiempo considerable.
Voy a aprovechar un ejemplo inspirado en el que aparece en el libro “El Efecto Compuesto” de Darren Hardy, para ver esto con más detalle.
Antonio, Juan y Manuel son amigos y se conocen desde la infancia, viven en la misma ciudad y tienen un ritmo de vida parecido. Todos están casados y tienen un estado de salud y un peso normal.
Antonio lleva una vida monótona en la que siempre hace lo mismo. El se siente feliz, pero a veces se queja de que todo en su vida permanece igual.
Juan decide introducir pequeños cambios en su vida: de la hora y media que dedica a ver la TV cada noche, utilizará 30 minutos para leer libros de desarrollo financiero y personal. Además, decide que va a eliminar el bombón de chocolate que toma todos los días después de cada comida y, así, reducirá aproximadamente 125 calorías diarias. Por último,se propone subir y bajar los 5 pisos de escaleras hasta su casa cada día, evitando utilizar el ascensor.
Manuel se ha comprado una TV de 55” para poder pasar más tiempo viendo sus series favoritas. Se ha acostumbrado a tomarse un chupito de pacharán después de comer y por las noches suele tomar frutos secos o papas para ver la TV antes de acostarse. Lo único que quiere es disfrutar un poco más de la vida.
Cinco meses después, no se aprecian diferencias visibles entre los tres: Antonio sigue su vida tal como antes, Juan continúa con sus propósitos, que se han convertido en pequeños hábitos sin importancia y Manuel, aunque lo pasa muy bien, empieza a establecer una vida de lo más sedentaria. Diez meses después siguen sin apreciarse diferencias notables, pero al cabo de dieciocho meses empezamos a notar diferencias sutiles en sus aspectos físicos. Aunque en el décimo octavo mes vemos diferencias apreciables, es a partir del mes treinta y uno cuando las diferencias son muy evidentes.
Antonio sigue igual, pero si bien Juan se ha estilizado, Manuel ha ganado 15 kg. Juan, al reducir 125 calorías y subir las escaleras de su casa cada día durante 31 meses ha perdido 150.000 calorías, que equivalen a aproximadamente 15 kg. Por tanto la diferencia entre ambos ahora es de aproximadamente 30 kg. Sin embargo, las diferencias más significativas no tienen que ver con el peso.
Antonio se encuentra prácticamente igual, pero más insatisfecho que antes. Juan, sin embargo, dedicó aproximadamente 20 días cada mes a leer durante 30 minutos. Lo que hace un total de 310 horas leyendo libros de calidad. Luego puso en práctica lo aprendido y preparó un plan de negocio para cumplir su sueño de emprender un negocio y trabajar al fin por cuenta propia. Además, su matrimonio salió fortalecido. Por otro lado, Manuel no duerme bien por las noches debido a sus hábitos poco saludables mientras ve la TV. Se despierta irascible y en el trabajo no rinde como debería. Además, no se encuentra bien físicamente y su complejo le lleva a un deterioro considerable de su matrimonio.
Esta historia pone de manifiesto con un ejemplo simplificado cómo unos pequeños cambios mantenidos en el tiempo pueden tener resultados sorprendentes, tanto si son positivos como si son negativos.
¿Eres consciente de qué cambios continuados te han llevado a adquirir un mal hábito cuando no le dabas importancia? ¿ Alguna vez te has dado cuenta de cómo ha mejorado o empeorado tu vida por haber introducido un cambio que parecía no tener relevancia?
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Muy buena opinión.