No es el tiempo el que nos falta. Somos nosotros quienes le faltamos a él. – Paul Claudel
Cuentan que un campesino vivía felizmente de lo que cultivaba en sus tierras. Jamás le había importado la fama de avaro que tenía. Antes al contrario, se jactaba de sus bienes, haciendo alarde de tener los mejores cultivos de la zona.
Un día tuvo conocimiento que alguien había entrado sin permiso en uno sus cultivos y había robado algunas manzanas. Raudo y veloz abandonó todos sus quehaceres para buscar al ladrón. Se fue a la ciudad y, tras varios días indagando, averiguó quién había sido: un joven ladronzuelo que pretendía vender esas manzanas en el mercado.
Consiguió denunciarlo y fue detenido por las autoridades. Esa misma noche, el campesino lo celebró e invitó a vino a otros agricultores.
A los pocos días, el muchacho fue juzgado y condenado. El campesino, que había permanecido toda esa semana en la ciudad para asegurarse que el ladronzuelo fuese condenado, lo volvió a celebrar.
Tras casi dos semanas, el campesino volvió al campo y retomó sus labores.
Sin embargo, a los pocos días, el propietario de un campo colindante le planteó una nueva amenaza. Pretendía reajustar los lindes entre ambas parcelas y le reclamaba un metro cuadrado de tierra. El campesino puso el grito en el cielo. Se negó en rotundo y, pensó, “debo emplear todas mis fuerzas en defender mis tierras”.
Volvió a dejar sus tareas y se fue a la ciudad para buscar y contratar al mejor abogado. Permaneció en la ciudad hasta que su demanda fue presentada en el Juzgado.
Mientras el proceso judicial se prolongaba, empleó mucho tiempo en ganarse la opinión de los otros agricultores. Acudía a reuniones de vecinos, iba al mercado, a la taberna, a cualquier lugar donde pudiera contar su versión y, también, difamar públicamente a su vecino, a quien acusaba de querer quitarle terreno ilegítimamente.
También, tratando de influir en el juez, se desplazaba constantemente a la ciudad para ganarse la amistad de sus familiares y amigos, a quien invitaba a vino asiduamente. Así durante varios meses.
Cuando la Sentencia le dio la razón, el campesino estaba exultante. Toda la inversión de tiempo y dinero parecía haber merecido la pena. Durante los días siguientes permaneció en la ciudad celebrándolo con amigos y familiares. Él invitaba a vino. Estaba feliz porque, por fin, podría cultivar sus tierras tranquilamente.
Después de varios meses de luchas, había conseguido deshacerse de ladronzuelos que robaban sus cultivos, y de vecinos que le querían usurpar sus tierras. Era el momento, por fin, de retornar al campo y continuar con sus labores.
Sin embargo, cuando volvió se encontró con una desagradable sorpresa. Todos sus cultivos se habían secado. La poca fruta que había llegado a madurar, yacía esparcida por el suelo. Sólo había servido de alimento a animales. Toda la cosecha de ese año echada a perder.
Enfurecido, el campesino maldijo al ladronzuelo. También al vecino:
“Por su culpa-gritó- no he podido atender mis cultivos y ahora estoy arruinado”.
Un anciano que pasaba por allí escuchó al campesino, quien advirtió su presencia. Ambos se miraron fijamente. El anciano detectó la rabia en los ojos del campesino y le dijo:
-“No dirijas tu ira contra nadie distinto de ti mismo”.
Enrabietado aún más, el campesino le respondió:
– “Si el ladrón y el vecino no me hubieran intentado quitar lo que es mío, nada de esto hubiera pasado. ¿De quien si no es la culpa?”.
El anciano, respiró profundamente, se atusó los cabellos reflexivamente y contestó:
-“Es propio del hombre eminente no dejar que le escatimen nada de su TIEMPO. Si hubieras defendido tu tiempo con el mismo ímpetu que has defendido tus tierras, nada de esto te hubiera pasado.”
Ante la cara de asombro del campesino, el anciano concluyó:
” Has derrochado el único bien con el que se ha de ser avaricioso: EL TIEMPO.”
Extraído de www.maximopotencial.com
¿Prestas atención para advertir en qué y como usas tu TIEMPO? ¿Eres consciente de si tu gestión del TIEMPO te aleja o acerca a lo que pretendes?
Muchas veces, no podemos hacer esto o aquello simplemente porque nuestro TIEMPO no ha sido bien gestionado. Reflexiona un momento al respecto y analiza si podrías pasar más TIEMPO con tus seres queridos, dedicar más TIEMPO a tus aficiones o ser más productivo en tu trabajo.
Lo único que no se puede recuperar es el tiempo y no lo atendemos como se merece. La vida pasa rápidamente y son los momentos y las experiencias que vivimos lo único no perecedero.
DISFRUTA Y EXPRIME TU TIEMPO.
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Como no nos es posible aumentar su cantidad, hay que centrarse en mejorar su calidad.
Walter me ha encantado esta reflexión a modo de cuento.
Es cierto lo que se argumenta en él, ya que si defendiésemos nuestro tiempo con atención y mimo, muchos asuntos de la experiencia de nuestra vida se verían altamente beneficiados por ese arte de saber cómo queremos emplear (gestionar) nuestro tiempo.
Muchas gracias por esta magnífica reflexión.
Que bueno Walter, es verdad, cuantas veces dedicamos nuestro tiempo a cosas que no nos aportan nada ni anosotros ni a los demas, a sabiendas de que ese tiempo no volvera, auqnue gracias a Dios , podemos rectificar y empezar de nuevo cada srgundo.
por cierto la nueva imagen me encanta, muy profesional, muy de tu estilo.
Un abrazo
Bonita historia. Se decía, entre facultativos del medio agrario, que el hombre de campo no tiene vacaciones. Que curioso, que no tiene vaciones por eso mismo, por dominar los tiempos y que no te domine el tiempo a ti. Gracias por usar el simil agrícola, que es muy vedadero y se entiende bien lo que se quiere transmitir. Salud.
Post muy inspirador Walter. La buena gestión del tiempo es esencial para cualquier aspecto de la vida. Yo en concreto, lo considero una de mis asignaturas pendientes y post como éste ayudan a focalizarlo nuevamente como algo esencial. Gestionar y aprender a priorizar, claves del éxito para cualquier objetivo.,.. gracias por recordárnoslo amigo.
El tiempo es oro y no no damos cuenta. El tiempo pasa y no vuelve hay que aprovecharlo y aprender a gestionarlo.
Es una asignatura pendiente.
Gran post, Walter, siempre aprendemos con los contenidos de este blog. Gracias.
Muy bonita la histori y verdadera …una frase de Shakespeare. .MALGASTE EL TIEMPO Y AHORA EL TIEMPO ME MALGASTA A MI
¿Habéis oído hablar alguna vez de la matriz de Stephen Covey?. Dicho autor se especializa en efectividad, y en su libro Los siete hábitos de las personas altamente efectivas, Covey nos presenta esta matriz.
Contiene dos dimensiones: importante-no importante (va o no va con mi propósito) y urgente-no urgente (requiere o no atención inmediata). Combinando estas dimensiones obtenemos cuatro cuadrantes.
El cuadrante 1 contiene las tareas que son importantes y urgentes. Aquí se incluyen las tareas que van con tu propósito laboral y que requieren atención inmediata. Un ejemplo de esto puede ser un reclamo urgente de un cliente importante debido a un problema crítico que podría implicar perder al cliente. Es importante y es urgente.
El cuadrante 2 incluye las tareas que son importantes pero no urgentes. Son tareas que van con tu propósito pero no requieren atención inmediata. Un ejemplo de esto podría ser el mantenerse capacitado y actualizado, o planificar la estrategia de un equipo. No es una tarea urgente pero es importante que se haga.
El cuadrante 3 se refiere a aquellas tareas que si bien no son importantes son urgentes. En realidad son tareas urgentes para otras personas, pero no van con tu propósito. Muchas de estas tareas aparentan que están en el cuadrante 1 pero por el hecho de no ser importantes no lo están. Ejemplos son llamadas, pedidos, que pueden delegarse o eliminarse
Finalmente en el cuadrante 4 se encuentran aquellas tareas que no son importantes ni urgentes pero que seguimos realizando por costumbre. Estas tareas implican un desperdicio del tiempo. Un ejemplo es cuando nos distraemos haciendo algo que no nos aporta nada ni a nosotros ni a los demás y por lo tanto resulta en una pérdida de tiempo
Y ahora un ejercicio: piensa qué porcentaje de tu tiempo dedicas a cada cuadrante.
Si es al cuadrante 1 probablemente te encuentres apagando incendios permanentemente. El problema de esto es que lleva al estrés y al desgaste. Difícilmente tengas tiempo para planificar y anticipar problemas, identificar oportunidades y ver a futuro. Esta falta de planificación y anticipación va a hacer que surjan aún más problemas lo cual va a aumentar la cantidad de tareas en el cuadrante 1. Esto genera un círculo vicioso que desencadena más crisis y estrés.
Para romper con este círculo vicioso es necesario dedicar más tiempo al cuadrante 2: aquello que es importante pero no es urgente. Esto hará que las tareas del cuadrante 1 disminuyan.
¿Cómo podemos obtener más tiempo para dedicar al cuadrante 2? Para eso debemos quitarle tiempo a los cuadrantes 3 y 4.
El cuadrante 4 es totalmente inútil. No hay nada importante en el cuadrante 4 porque sino, por definición, estaría en el cuadrante 2. Las tareas en este cuadrante deben eliminarse.
El cuadrante 3 tampoco tiene mucho valor, excepto para otras personas. Para eso debemos aprender a decir no, o a delegar tareas. Al decir no a los cuadrantes 3 y 4 estamos diciendo sí al cuadrante 2. Y cuando esto ocurre el cuadrante 1 se hace cada vez menor.
Una recomendación final: esto es válido para todas las facetas de tu vida, intenta aplicarlo a tu vida familiar.
Muchas gracias por el comentario Jose Ignacio. Comentarios como este enriquecen mucho el blog . Efectivamente el cudrante de Covey es muy interesante y hable de el en un post anterior. http://www.superaccionpersonal.com/primero-lo-primero-tercer-habito-de-la-gente-altamente-efectiva/
Se dice que el tiempo es oro, dinero, pero no es cierto ,el dinero se puede recuperar, va y viene, el tiempo es irrecuperable, de todas formas tampoco es del todo cierto, el tiempo esta hay mirándonos, los que en realidad pasamos somos nosotros, lo que en realidad pasa es la vida, y a cada década a maaasss velocidad, vale la pena sustituir la palabra tiempo por VIDA, por eso es básico saber lo que quieres hacer con ella,
Soy un poco refractario a la autoayuda tipo “americana” y amigo del Refranero. Por eso leyendo tu post me he acordado del Refranero Gitano, que no tiene derechos de autor, y que en casos como el que comentas, hubiera dicho “Pleitos tengas y los ganes”