Lo que importa más, nunca debe estar a merced de lo que importa menos – J. W. Goethe
El tercer hábito de la gente altamente efectiva, habla de establecer primero lo primero, y para ello son esenciales el primer y segundo hábito de la gente altamente efectiva.
E. M. Gray en su libro “The Common Denominator of Success” buscaba el denominador común de las personas de éxito. El factor que encontró en todas ellas estaba relacionado con este tercer hábito. Gray afirmaba: “La persona de éxito tiene el hábito de hacer las cosas que a quienes fracasan no les gusta hacer. No necesariamente les gusta hacerlas. Pero su disgusto está subordinado a la fuerza de sus propósitos”.
Esta subordinación de la que habla Gray, requiere de un propósito o misión, tal como se propone en el segundo hábito. Un “SI” interior lo suficientemente ardiente para hacer posible decir “NO” a otras cosas.
Además requiere voluntad independiente para hacer algo, cuando lo más fácil es no hacerlo, pasando a depender de los valores y no de los impulsos del momento. Dicho de otra forma requiere de la actitud proactiva que proclama el primer hábito.
El tercer hábito te insta a organizar y ejecutar según prioridades. El verdadero desafío no está en administrar bien el tiempo, sino en administrarnos a nosotros mismos, ya que tanto la expectativa como la realización se encuentran dentro de nuestro círculo de influencia.
Stephen Covey definió una matriz de administración del tiempo que divide las actividades en 4 cuadrantes.
Esta matriz de administración, Covey la divide en cosas urgentes e importantes.
Urgente es aquello que necesita atención inmediata. Suelen ser muy visibles y normalmente complacen a otros. Además suelen ser agradables, fáciles o incluso divertidas. Pero en la misma proporción que son todo esto suelen ser poco importantes. Las cosas urgentes suelen actuar sobre nosotros.
Las cosas importantes por el contrario, están íntimamente relacionadas a los resultados. Al no ser urgentes requieren de proactividad e iniciativa. Por eso cobra especial fuerza el segundo hábito estableciendo nuestras metas y la proactividad del primero. Cuando no priorizamos lo importante frente a lo urgente, nos vemos sobrepasados y respondiendo sólo sobre lo urgente.
El cuadrante I es urgente e importante, por lo que requiere de atención inmediata. El problema de funcionar en este cuadrante es que es muy estresante y agotador. Normalmente las personas en este cuadrante administran “marrones” y se encuentran continuamente apagando fuegos, ya que los plazos los acucian. Mientras más se centra uno en este cuadrante, más crecen los problemas y los vencimientos, sintiendote dominado por completo por la situación.
También hay personas, que se encuentran en el cuadrante III, urgente pero no importante. En este cuadrante acaban suponiendo que lo urgente es también importante, pero realmente estos asuntos son habitualmente prioridades y necesidades de terceros. Tanto en el cuadrante III como en el IV, nos encontramos con personas poco responsables.
Las personas efectivas permanecen fuera de los cuadrantes III y IV, por no considerarlos importantes y aunque también lidian con urgencias y plazos del cuadrante I, pasan la mayor parte de su tiempo en el cuadrante II. Este cuadrante es tal como nos dice el Principio de Pareto, el que nos aporta el 80% de los resultados.
En el cuadrante II encontramos cosas que a priori parecen poco relevantes, porque no son urgentes. Por ejemplo, hacer ejercicio, construir relaciones, planificar tus ratos libres o pasar tiempo con la familia nos aportan ese equilibrio tan necesario para ser feliz y efectivo. Todas ellas y muchas más, son cosas que parecen no requerir de nuestro tiempo inmediato, pero que pueden ayudar de manera considerable a mantener los asuntos del cuadrante I controlados y permitir que no crezcan. Nos ayudan a vivir más equilibrados y por tanto nos permiten alcanzar los objetivos con menos esfuerzo. Son importantes, sumamente importantes, pero como no son urgentes normalmente no les dedicamos nuestro tiempo.
En definitiva, si nos centramos en el cuadrante II aumentará nuestra efectividad. Los problemas disminuirán considerablemente hasta que sean fácilmente manejables y evitaremos que las situaciones lleguen a ser críticas, a partir de una actitud más preventiva. Las actividades del cuadrante I no podremos evitar tenerlas, pero no crecerán ni dominarán nuestra vida.
A menudo lo bueno es enemigo de lo mejor – Stephen R. Covey
Por último, te sugiero que te tomes un momento para pensar en que cosas no urgentes, a las que no dedicas apenas tiempo, te gustaría tomar en serio, porque pueden dar un cambio importante en tu vida. Toma acción e invierte tiempo en ellas. Empezarás a notar las bondades de permanecer en esa actitud preventiva y dejarás de tener que apagar fuegos constantemente.
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Efectivamente estar en las actividades importantes de nuestra vida, genera un efecto directo sobre el equilibrio del dia a dia. Por la proactividad que generamos sobre las acciones que tienden a influir en el resto generando una “prevencion” sobre los asuntos que generan estres y agobio. Gracias Walter por recordarme donde situar el “foco”.
Buenísima reflexión a tener en cuenta, efectivamente, atender a las cosas importantes aumenta nuestra pro actividad y crecimiento personal, es más éstas son las que configuran nuestra dirección en la vida.
Por lo tanto estoy de acuerdo con lo que describes Walter, atendamos a las cosas importantes ya que éstas nos proporcionaran grandes cambios de dirección y desarrollo en nuestra vida.
Muchas gracias Walter.