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Han pasado ya 18 días desde que inicié mi Vegan Challenge. Durante estas primeras semanas he tenido multitud de aprendizajes, pero es especialmente en el plano social donde me voy a centrar hoy.

Desde el principio sabía que uno de las mayores dificultades para un vegano era mantener intacta la vida social, en lo que a comidas y cenas fuera de casa se refiere. Pero como suele ocurrir, no ha sido hasta empezar, que me he dado cuenta de la verdadera dificultad que entraña. Empecé este desafío un día antes de la comida familiar de Reyes. Además por recomendación de la nutricionista y para compensar los excesos navideños, los primeros 10 días llevaban emparejados una reducción calórica del 20%. No obstante, en esa primera comida familiar pudieron prepararme un menú acorde a la ocasión que reuniera todo lo que necesitaba y tratándose de un buen restaurante siempre es más fácil.

El sábado siguiente teníamos programada una cena de amigos con 4 matrimonios más. Nuevamente al tratarse de un buen restaurante pude hablar con el dueño para que me prepararan una cena sabrosa, nutritiva y que me permitiera disfrutar de la ocasión sin echar nada en falta. Fue curioso, porque aún sabiendo que se trataba de un restaurante famoso por sus carnes y pescados, y del que era buen conocedor, no fue hasta mirar la carta con detenimiento que me pude dar cuenta que realmente no podía comer absolutamente nada de lo que había en ella. Me prepararon una magnífica ensalada y un plato de pasta con verduras de segundo. Todo ello encargado de antemano. La cena estuvo bien pero empezaba a darme cuenta de que fuera de restaurantes especializados, los platos veganos siempre eran Sota, Caballo y Rey.

Ha sido durante esta última semana cuando realmente he podido entender mejor la verdadera dificultad que supone para un vegano comer fuera de casa. Nos fuimos toda la familia a esquiar unos días a Pas de la Casa (Andorra) y entonces empezó el festival.

Pas de la casa

Las cenas las tenía bien resueltas porque en el hotel donde nos hospedamos disponían de buffet con opciones veganas en forma de sopas, ensaladas, cereales, pasta y legumbres, además de gran variedad de fruta, por lo que tenía suficientes alternativas para ir preparándome platos variados. En los desayunos simplemente tostadas con mermelada o tomate, multitud de frutos secos y amplia variedad de frutas. Nada de bebidas vegetales y los cereales de los que disponíamos no eran muy saludables, por lo que decidí obviarlos.

Ensalada

Donde encontré verdaderas dificultades fue durante las comidas. Me apoyé en Tripadvisor para localizar restaurantes con opciones veganas, pero gran error el mío, cuando el primer día por comodidad me conformé con ir a un lugar con opciones vegetarianas. La razón era que supuestamente se comía la mejor fondue del lugar, algo que le gusta especialmente a mi familia. Fue en esa comida cuando entendí la enorme diferencia que hay entre ser vegetariano o ser vegano. En dicho restaurante no tenía alternativas. Pizza vegetariana, Crema de verduras, Hamburguesa vegetariana, Moussaka de berenjena, pero todo llevaba queso. Al final opté por una hamburguesa vegetariana sin queso y una sopa sin que le pusieran nada del queso que llevaba en la carta.

También comprobé que si no lo dices de antemano, es muy posible que a tu plato le incorporen salsas que no sean muy veganas, por lo que recomiendo advertirlo previamente para que no te pongan salsas no deseadas.

Así me encontraba cada día salvando la situación con pasta y verduras. Salvo un día que comimos en un restaurante en el que si tenían opciones veganas, aunque realmente era una única opción vegana. El plato era pasta con legumbres y verduras. La verdad que estaba buenísimo.

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A pesar de todo ello saco varios aspectos positivos de estas situaciones.

  • Mientras tus compañeros de mesa picotean unos primeros platos en el centro y luego se comen sus segundos, tu inevitablemente comes con más pausa y atención. Esto en mi caso es muy importante, porque siempre he sido de comer muy rápido. Por tanto supone para mi un avance importante para la correcta absorción de los nutrientes.
  • Es realmente difícil comer comida poco saludable para un vegano, ya que cualquier chocolatina, tarta, chuchería o los creps de nutella que se tomaban mis hijas al acabar de esquiar por la tarde, son productos inválidos para un vegano. Y por supuesto el 90% de las alimentos procesados.

Ahora entiendo mejor porque nunca encuentro veganos con sobrepeso.

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